El documental recoge testimonios y una
nueva corriente de opinión, dirigida por médicos y expertos, que aboga
por darle voz al suicidio para combatir sus causas. Invita a hacer una
profunda inmersión en el desgarrador mundo del suicidio y da voz a
víctimas, familiares y especialistas, que narran en primera persona sus
experiencias. Todos ellos coinciden en la necesidad urgente de instalar
el suicidio en el debate público
Alrededor de tres mil quinientas personas se quitan la vida cada año en España. Todos, familiares, instituciones y medios de comunicación, silencian esta terrible cifra, por miedo al efecto imitación. Sin embargo, el suicidio es real, existe, pero no está presente en la sociedad, a pesar de que ya sea la primera causa de muerte violenta en España. Años de estigmatización han hecho de él un tema tabú, interiorizado y sufrido por quienes les tocaba de lleno y sobre el que nunca se invirtió ni tiempo, ni dinero para su prevención.
Hoy, movidos por las personas que se esconden detrás de tan alarmantes estadísticas, una corriente de opinión, dirigida por psicólogos, psiquiatras y otros especialistas, aboga por hablar del suicidio abiertamente e implicar a la sociedad. El fin último es reconocerlo como una enfermedad más y destinar recursos a su prevención y rehabilitación.
Sobre estos principios, varios centros sanitarios han puesto en marcha programas de prevención y seguimiento a estos pacientes, con logros de hasta un treinta por ciento de descenso en las recaídas de reintento de suicidio.
Alrededor de tres mil quinientas personas se quitan la vida cada año en España. Todos, familiares, instituciones y medios de comunicación, silencian esta terrible cifra, por miedo al efecto imitación. Sin embargo, el suicidio es real, existe, pero no está presente en la sociedad, a pesar de que ya sea la primera causa de muerte violenta en España. Años de estigmatización han hecho de él un tema tabú, interiorizado y sufrido por quienes les tocaba de lleno y sobre el que nunca se invirtió ni tiempo, ni dinero para su prevención.
Hoy, movidos por las personas que se esconden detrás de tan alarmantes estadísticas, una corriente de opinión, dirigida por psicólogos, psiquiatras y otros especialistas, aboga por hablar del suicidio abiertamente e implicar a la sociedad. El fin último es reconocerlo como una enfermedad más y destinar recursos a su prevención y rehabilitación.
Sobre estos principios, varios centros sanitarios han puesto en marcha programas de prevención y seguimiento a estos pacientes, con logros de hasta un treinta por ciento de descenso en las recaídas de reintento de suicidio.
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