Hay personajes históricos que han pasado a la posteridad más por alguna anécdota intrascendente que por la relevancia que tuvieron en el contexto que les tocó vivir. Es lo que pasó con un presbítero que vivió a caballo entre los siglos XV y XVI, fue maestro de ceremonias del papa León X, organizó tres cónclaves para la elección de otros tantos pontífices y dejó testimonio de episodios históricos de su tiempo que contempló o conoció de cerca, tan interesantes como el Saco de Roma o la petición de divorcio de Enrique VIII. Se llamaba Biagio da Cesena y hoy se le conoce más por su insistencia en borrar los desnudos que Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina.