Los conflictos bélicos, la pobreza y la exclusión social hacen que 61 millones de niños de entre seis y 11 años de todo el mundo, según Unicef, no puedan acceder a la educación primaria. Una circunstancia que les aleja de la posibilidad de leer y escribir y les aboca a un futuro sin futuro, condicionado, entre otros factores, por su analfabetismo. Desde 1990 y hasta 2007 el porcentaje de menores sin escolarizar bajó progresivamente, pero en los últimos años esta cifra se ha estancado. "Trabajamos para que no decaiga el impulso de que todos los niños puedan ir a la escuela y para mejorar la calidad de la educación", ha manifestado Blanca Corazo, responsable de programas de Unicef España, este jueves, Día Internacional de Alfabetización.
Entre los países con menores índices de escolarización se encuentran Liberia, Sudán del Sur y Afganistán. En el primer caso, un 66% de los niños tienen acceso a la educación primaria; porcentaje que desciende hasta el 59, en el segundo y al 46, en el tercero. Mención expresa merece Siria, donde la guerra que asola el país desde hace cinco años ha provocado que dos millones de niños dentro del país no vayan a la escuela y otros 600.000 tampoco lo hagan en aquellos estados donde se refugian, informa Unicef. "Conflictos como este generan que niños que antes tenían la posibilidad de ir a la escuela, ahora no la tengan", explica Corazo. Porque en el caso de los refugiados, el abandono del colegio se suma a la dureza del trayecto a la que se enfrentan los más pequeños. Según los últimos datos de la agencia de la ONU, unos 50 millones de niños viven actualmente lejos de su lugar de origen.
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