Se llamaba Anj-ef-Jonsu y era un sacerdote del todopoderoso Amón-Ra. Hasta este jueves y durante cerca de 3.000 años había permanecido a buen recaudo bajo las arenas de la antigua Tebas. Una misión de egiptólogos españoles ha hallado intactos su sarcófago y momia en una tumba horadada en la piedra de la ribera occidental de la formidable Luxor.
"Lo encontramos en un sepulcro cubierto por unas losas de piedra aparejadas, una práctica muy poco común entre los egipcios tradicionales", explica a EL MUNDO Francisco Martín Valentín, que dirige junto a Teresa Bedman la expedición que desde 2009 ausculta la tumba del visir Amenhotep Huy -gobernador de Amenhotep III (1387-1348 a.C.)- en la necrópolis de Asasif, en las inmediaciones del sobrecogedor templo de Hatshepsut.
En el interior de la oquedad yacía Anj-ef-Jonsu, identificado a partir de un sarcófago que la tierra del Alto Egipto ha conservado sin demasiados achaques. "Tiene dos títulos, padre divino y Uab, sacerdote puro de Amon Ra. Ejercía el cargo de escriba de las ofrendas de Amón-Ra en el templo de Karnak. Pertenecía al cuerpo de funcionarios que controlaba la entrada y salida de los elementos necesarios par el culto como los cereales, el ganado o la cerveza que procedían de los dominios de Amón", relata el experto. ver vídeo y noticia completa
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